La incitación a la lucha es uno de los medios de seducción más eficaces del mal –Angel Jugg Relations–

Fascinante. Ese es Jugg antes y después de conocerle. Tan frío, imperturbable, serio y analítico que intimida. Tan cortés, educado y extremadamente considerado que desconcierta. Tan paciente, sensato y coherente que cautiva. Tan inteligente e intuitivo que asusta. El magnetismo que transmite este hombre por cada poro de su lívida piel te embrujará sin precedentes. Su modo de actuar y de comportarse siempre será cauteloso, prudente e impecable. No comete errores. Los corrige. Maniático del perfeccionismo de forma extremista. Exigente como él solo y repelente en cuanto a modales se refiere. La exquisita educación que presenta le obligan a dejar muchas conversaciones a medias cuando su interlocutor no habla de manera que él cree cualificada. Se horroriza ante la descortesía, Jugg se erige como el último caballero que protege las buenas costumbres hasta lo visceral. Vive preso de las órdenes del buen gusto. No toca a las mujeres. Son las diosas de este cruel mundo y las ninfas de sus sueños. Él les regala dulces palabras cual poeta, les hace el amor en la distancia con su penetrante y torturada mirada. ¿Cómo describir a un genio? Es practicamente imposible. Cree estar a un peldaño de los demás, y la pregunta es; ¿lo está? Sus criterios éticos siguen unos derroteros muy particulares que en nada coincíden con los que tienen la gran mayoría. Daños infringidos o acciones inadmisibles siempre son justificados con argumentos curiosos e incluso florentinos, retorcidos, kafkianos. Un misterio, un enigma que irás descifrando con los pequeños detalles de cada una de sus ingeniosas y frescas conversaciones. Sutilidad en las palabras y una discreta morbosidad en sus comentarios de doble fondo que intimidan a cualquiera. Sus palabras pueden enamorarte o herirte cual filo de una navaja. Agresividad con diversos matices, que va desde la fina mordacidad de la palabra venenosa y ofensiva, pasando por la capacidad de provocar un incendio apasionado con sus palabras asaltantes y provocadoras.

Difícil de engañar. Imposible de persuadir. Un ser desconfiado, irónico y sutilmente venenoso a la hora de relacionarse. Pocas personas le agradan. No podrás describir la sensación que recorre tu cuerpo después de haber intercambiado palabras con él. La impresión no será buena ni mala. Simplemente distinta, atrayente. Como si de un encantador de serpientes se tratara, él hipnotiza a las personas dejándoles un sabor agridulce en el paladar. Peligrosamente seductor y dañinamente embaucador. El poder que presenta sobre los demás no tiene límites. Una personalidad seca, arisca, que rozaría facilmente la frivolidad si no fuese por su extrema sensibilidad que le desbanca inmediatamente de ese puesto. Calculador y envolvente hasta límites insospechados; se mete en tu mente, en tus pensamientos, te seduce a tal punto que puede llegar a conocerte a las pocas horas. De ideas rápidas e inmediatas, sobre la marcha, realizadas con la inmediatez y la urgencia de algo que pide paso y que se abre en el comportamiento como una casi necesidad imperiosa. Un psicópata con moral. Lo que sorprende de Angel Jugg es su conocimiento, su inteligencia, pero más que eso es el dominio del saber sin ninguna especie de miramentos. Jugg intimida con su saber, sus ojos lo muestran además de las atribuciones que se permite. El saber de la locura es lo intimidante de su persona. Inquietante y enigmático; siempre imprevisible en cuanto a ejecutar sus razonamientos. Jamás sabrás por dónde van sus tiros y si éstos serán traicioneros o no para ti. Un hombre definitivamente brillante, preso de la locura de su esplendor. Un científico que en ocasiones se tambalea entre la linia del bien y del mal. Ese es él. Aquel sujeto tachado de lunático y eruditamente perverso. ¿Cuál genio no lo es?