Comer...es lo de menos (Irina)

Fuí al comedor junto con el resto de prisioneros, siempre nos separaban por turnos, como ovejas, eramos eso, simples y llanas ovejas con las que se jugaba, fuí a la silla donde solía sentarme, aun estaban vacias las sillas de mi alrededor pero no me importaba lo más mínimo, ya no sabia de que se podía hablar, era mejor el silencio, padecer las tristezas en silencio era mejor que extraerlas o eso creía, de todos modos no quería saberlo.

Me senté en la silla y vi el plato vacio, cogi un tenedor y empecé a moverlo por el plato, no tenía hambre, era uno de esos días en que la desgana me consumía, el hecho de que ayer me alcanzaran en otra fuga fallada me ponía de malas, eso, luego las torturas y poco despues de todo...la tristeza, era como un circulo vicioso, aun asi me negaba a aceptarlo, no estaba loco, de hecho no deberiamos estar aqui, ninguno, hasta los pacientes.

Solté el tenedor, como era de esperar el comedor estaba lleno de guardias, ya que se suponía eramos el grupo peligroso, me fijé en que algunos me vigilaban, de hecho uno se acerco y vino a esposar una de mis manos en la mesa, la cual tenia unos pequeños agujeros especiales para ello, me levanté de la silla sabiendo las intenciones, vi la puerta pero estaba bien resguardada, al ver que me levantaba algunos se pusieron en tension, entonces el que se acercaba obligó a que me sentase con un golpe seco haciendo que caiese un poco, creo que era una llave de esas de las artes marciales, y me puso la mano esposada en la mesa, luego simplemente se fué a su lugar.

Me sentía impotente ¿y ahora como demonios comía? cierto que podía traer la comida con mi poder, pero ello me haría padecer mal de cabeza, cabrearía a los guardias y no solucionariamos nada, suspiré y me recosté sobre la silla, con la mano esposada alargada, ya que no podía tenerla como quería, odiaba este lugar, cada día más.

Yo debía aceptar todo lo que me hacían allí calladita y sin rechistar, o al menos eso decían ellos, pero nadie allí respetaba nada de lo que los pacientes y los prisioneros como yo necesitábamos. Era sencillo: desayuno, comida y cena, siempre a la misma hora, siempre la misma comida, no podía comer nada más, sabía que me haría daño, pero ellos se empeñaban en decirme que no estaba bien, que no era suficiente, que debía comer más, o conformarme. Me habían dado palizas de muerte sólo por querer comer sopa...

Aquel era uno de esos días en los que la estupida cocinera se empeñaba en no dejarme comer lo que quería, así que cuando en vez de mi habitual cuenco de sopa de pollo y patata me sirvió una parta que se suponía era puré, tiré la bandeja al suelo con rabia. -¡¡Tan difícil es entender lo que pido!!- exclamé, enfadada, haciando que una mujer adulta retrocediera ante los gritos de una niña como yo.

Enseguida un guardia apareció de la nada y me golpeó, tirándome al suelo. -¿No es del agrado de la señorita el menú de hoy?- preguntó con ironía. -Quizás lo mejor es que te pases el día sin comer y así aprendes- añadió, mientras me agarraba y me arrastraba por el comedor, bajo la mirada impasible del resto del personal. -Me estás cansando y...- iba a continuar gritando cuando alguien pareció querer armar más follón del que había armado yo... Matt, para variar. Lo esposaron a la mesa mientras comía, ni siquiera le había escuchado alzar la voz, pero a ellos no les importaba, nos trataban como a animales.

El guardia me llevó hasta la mesa y de un empujón me dejó sentada en una silla al lado de Matt. -¡Ayúdale! Y nada de quejas ni tonterías o ya sabes a dónde te llevaré ¿entendido?- asentí, asustada, quizas alguien como Matt pudiera defenderse, pero yo sólo podía gritar y patalear y al final eso siempre acababa siendo peor.

Todo habia pasado deprisa, habia empezado a haber más problemas y de repente vi como más guardias llevaban a Irina a mi lado, de malos modos, apreté los dientes como conteniendo todo lo que tenia ganas de gritar, todo aquello, siempre, todos los días desde que era practicamente un crio me sobrepasaban, todo, seguia adelante porque aun permanecia cierta y pequeña esperanza, pero cada día desaparecía..

Vi como la gritaban mientras la traían hacia donde me encontraba, conocía su problema con la comida, pero no era para tanto y seguro que esos no eran los modos, luego simplemente se fueron, ojala pudiera sonreir intentando darle tranquilidad o algo similar, pero lo cierto es que no, hoy no, suspiré y vi mi plato vacio de nuevo, con la mano libre lo aparté con simpleza.

Miré al guardia antes de que se fuera y con la mano libre le cogí de la manga con firmeza, nadie le hablaba asi a Irina, lo fulminé con la mirada y dije.

-¿Tenemos cara de borregos?-dije mirandolo enarcando una ceja, como era de esperar se rieron a carcajadas de mi pregunta, no se ni para que preguntaba, luego me soltó de un empujón y me miró fijamente.

-Matt...dale de comer, es simple, incluso tu lo sabrías hacer-dijo sonriendo de lado, ello de normal me cabreaba aun más, pero justo esta fecha era la que peor llevaba, hacia más de 10 años se habian muerto mis padres a causa de estos cerdos y lo peor era que encima debía obedecerles, aparté mi mirada de él y éste se fué con una sonrisa triunfal.

Miré a Irina, de no estar esposado me hubiera ido a mi celda, pero ahi estaba, simplemente puse mi mano sobre la de ella en silencio, sin decirle nada, apoyando la otra mano en la cabeza, conteniendo la vulnerabilidad que hoy parecia aumentar.

Apreté una de mis manos con fuerza contra mi frente, dolía como si fuera a explotar, un dolor punzante que iba y venía. Quería gritar, quería abrir en canal a todos y cada uno de esos estúpidos guardias y ellos sabian que podía hacero, de ahí todas aquellas pastillas que me anulaban casi por completo.

Noté la mano de Matt sobre la mía, aunque me había perdido su breve diálogo con el guardia. -Podría hacerles más daño del que ellos nos hacen a nosotros... podría hacer que sus huesos se quebraran tan solo con mirarles, que sus ojos rodaram como canicas- desvariaba, me montaba mi propia película gore en la cabeza, siempre con el mismo final, ellos muertos y yo fuera de aquel espantoso lugar...pero eso nunca pasaba. -Pero a penas puedo moverme... y escucho sus risas a mis espaldas, entran en mi celda por las noches...- ni siquiera sabía si pasaba o lo imaginaba, pero lograba que se me saltaran las lágrimas de la rabia y apretaba los puños para contenerme, tanto que tenía las palmas de las manos llenas de marcas de uñas. Cerré los ojos con fuerza y escuché como el plato de Matt se movía ligeramente sobre a mesa, no podía controlarlo, solo pasaba, quería parar, pero no podía.

-Lo se, yo tambien, pero no podemos hacer nada..aun-dije en un susurro mirandola, entonces observé como mi plato levitaba, habia pasado por lo mismo, de hecho aun pasaba por lo mismo, el descontrol de la telekinesis, aunque no lo de sus problemas mentales, me acerqué a ella y simplemente la abracé, era lo unico que podía hacer, un simple abrazo.

-No llores, eso es lo que quieren, no llores aunque lo desees-dije en un susurro a su oido, cerré los ojos ignorando lo de nuestro alrededor, solo eramos unos muñecos, peor que eso, almenos a los muñecos se les trataba bien y no como simples camaras de usar y tirar, no sabia que habiamos hecho para merecer esto, contenía las lagrimas, éstas las solía guardar para mi gran amiga soledad no para el publico, aunque estuviesen en una situacion relativamente parecida.

-Irina...vamos anima la cara un poco, solo un poco-sonrei levemente de lado y le cogi de la barbilla con suavidad-te ves mejor sonriendo...un poco-dije con voz desentonada y con ojos un poco cristalinos, la volví a abrazar y me sequé las posibles lagrimas que iban a caerme, luego cuando volvi a separarme.

-Hazme caso...haz como si comieras, lo creerán aunque no sea cierto, siempre podemos esconderlo...y confiemos que no vaya a peor-dije susurrandole y suspiré mirando el comedor que empezaba a vaciarse, cada uno se iba a sus celdas respectivas, simples monos, ovejas, numeros...

Sus palabras me calmaron un poco, pero hacían falta mucho más que palabras para lograr que me animara en situaciones así. Poco a poco respiré más profundamente, eran escasas las veces que lograba controlarme, pero sabiendo cuales eran las consecuencias si no lo hacía, debía intentarlo con todas mis fuerzas.

El plato tocó de nuevo la mesa y se quedó quieto, como si nada hubiera pasado, el dolor de cabeza aumentó, volviendo mi vista algo borrosa, pero era soportable, casi estaba acostumbrada. Miré las esposas que sujetaban la mano de Matt y luego le miré a él. -Puedo abrirlas si quieres- podía abrir cerraduras pequeñas, como esposas o diarios, siempre y cuando estuvieran dentro de mi campo de visión, por eso no podía nunca librarme de la camisa de fuerza. De todos modos hasta yo me daba cuenta de que no era buena idea. -Yo sólo quería lo de siempre... ellos lo saben, siempre me dan lo mismo, pero es esa estúpida cocinera que me odia- las otras no se portaban tan mal, quizás les diera más pena o tuvieran algún escrúpulo todavía.

Escuché lo que dijo, si quería abrir las esposas que lo hiciera, al parecer no se acordaba que poseía su mismo poder, pero viendo que no estaba muy bien almenos anímicamente ,asentí, no sabia las consecuencias que traería si nos descubrian, bueno a decir verdad si las sabia, pero ¿como negar libertad a las ataduras?.

Miré de nuevo a los guardias y poco despues a ella, esa maldita cocinera que no atendía a razones, era suficiente con tenernos aqui y tratarnos como ratas de laboratorio como para que empeoraran las cosas, acerqué mi mano esposada a ella, vi que la puerta principal estaba sin guardias y sonrei.

-¿Te apetecería correr un rato?-dije sonriendo divertido, era muy arriesgado, como pasar una muralla romana, pero tampoco creo que perdiesemos mucho, no más de lo que ya habíamos perdido, aunque creo que ella tenia familia en el exterior o estaba confundido, que suerte tenia, creo que más razón para salir de allí.

Miraba la hora del reloj, pese a que no tenia mucha hambre ya la barriga empezaba a cantarme, me la toqué, necesitaba ir a la celda, aunque realmente quería tumbarme en una cómoda cama con vistas a una montaña nevada, en un pueblo perdido, con un lago enfrente y todas esas cosas que ya apenas recordaba, necesitaba salir.

-Hagamoslo, salgamos de aqui, no quiero ser un borrego comiendo-dije mirandola, tambien era una manera de que ella no comiese, nos venia bien a los dos.

off: perdon mini post

off: mini post el mío anterior xd

Miró sus esposas y pude darme cuenta que, de querer abrirlas, podría haberlo hecho él, pero ninguno estaba en condiciones de abusar de aquel supuesto poder... Estábamos rodeados de guardías, me habían dado palizas por mucho menos, como por no querer comer algo que no me gustara, por ejemplo, aquel día, hasta el momento, parecían mostrarse más benévolos de lo normal, no quería empeorarlo.

Sin embargo, la sugerencia de salir corriendo era muy tentadora, era rápida y como era pequeñita podía colarme entre los guardias si estaban dsistraídos u ocupados como otra cosa, pero aquel tampoco era mi mejor día. -No sé... sabes que nos cogerán- siempre lo hacían y cuando nos atrapaban el castigo era horrible, quizás Matt lo soportara, pero yo ya no quería sufrir más.

No hacía más que darme una razón para no hacerlo por cada pro que encontraba ¿intentarlo o no? Quizás si el resto de pacientes nos veían correr hacían lo mismo y enloquecían al personal, pero una revelión debía estar más organizada que eso, no se podía improvisar.

-Hazlo, no seas tonta...- escuché una voz detrás de mi, una voz familiar, hacía ya varios días qe Kyle no aparecía.Era tan real, que no podía creerme que Matt no lo viera, que los demás no lo vieran, que estuviera tan sólo en mi cabeza. -No puedo correr tanto- le contesté, ignorando el hecho de que Matt estaba ahí y me vería hablando sola. -Claro que sí, deja que atrapen al moreno y escapa tú- no podía hacer eso, Matt cuidaba de mi, aún dejando que él fuera el cebo yo no llegaría muy lejos. -Eso es injusto, fue idea suya... a ti no te importa porque no es a ti a quien torturarán si esto sale mal...- y ahí seguía yo, discutiendo con una proyección de mi subconsciente que me incitaba a hacer cosas que en Vecordia se consideraban malas.

Escuché lo que dijo, bueno, era un riesgo, prefería eso a morir aquí, entonces empezó a hablar con alguien que no veía, enarqué una ceja mirandola, me daba la espalda hablando con ese ser inexistente con el cual parecía discutir, apoyé la cabeza sobre mi brazo mirando a los guardias, no iba a meterme en una discusion inexistente causada por la mente.

Suspiré, mientras ella se lo pensaba, entonces vi que se acercaban los guardias, le di unos golpecitos en el hombro a Irina para que se callara o almenos que no hablara tanto con su amigo o amiga, creo que era Kyle, me lo habia presentado una vez...aquel día creo que me sentí como un extraño en esa conversacion.

-Se acercan-le susurré,entonces al ver que no hacia nada con mis esposas, puse la mano libre bajo la mesa y con la telekinesis abri la que me tenia cogida, poco a poco la solté, aunque estaba haciendolo descarado, almenos con esa poca de telekinesis no me causaba migraña, algo era algo.

-Es ahora o nunca-le dije en un susurro mientras seguia observando a los guardias, aunque vi que sacaban el stunner, ese dichoso aparato que nos electrocutaba, le cogí la mano- correremos cogidos, quien se relentice, será empujado por el otro...sino...simplemente podemos esperar y hacer como si comemos-dije aunque no estaba muy dispuesto a la segunda opcion

Noté como Matt me daba unos golpecitos en el hombro, pero estaba en plena discusión, no debía meterse... menudo maleducado que era. -Vienen los guardias- canturreó Kyle, sonriendo, era como si toda aquella situación le hiciera gracia, como si hubiera algo de chiste en el hecho de que aunque no estuviera haciendo nada ellos vinieran a hacerme daño. -Lo harán de todas formas, por lo menos haz que merezca la pena- en ese punto tenía razón, ya que iban a pegarme, por lo menos que fuera porque había intentado espacar o, al menos, por haberles vacilado.

Necesitábamos una distracción, algo que llamara su atención al menos por unos segundos... Miré fijamente a uno de los pacientes que estaba a un par de metros hacia mi derecha, comía tostadas y tenía un vaso de zumo entero justo delante de él... iba a tener que perdonarme. Hice que al vaso saliera volando y golpeara a otro paciente, como si él se lo hubiera lanzado. El vaso estalló en pedazos y el chico se puso a gritar, los guardias se alteraron y en ese momento, simplemente tiré de Matt y comencé a correr todo lo rápido que podía en mi estado.

Todo pasó rapido, Irina...creo, no lo sabía cierto pero hizo que a unos compañeros se les estallase un vaso, aquello hizo que los guardias prestasen atención a los prisioneros, haciendo que perdiesen por unos momentos en nosotros, entonces sentí la mano de Irina junto a la mía y ambos empezamos a correr sin saber exactamente a donde íbamos, ella no debía encontrarse muy bien pero seguimos corriendo almenos hasta estar en algún lugar más seguro.

Corrimos por varios pasillos hasta que vi que había un pasillo sin nadie, era normal que a estas hora no hubiese mucha gente, los sanadores estarían en sus despachos o ayudando a los pacientes, los guardias divididos en las salidas, aunque cuando giré la vista, observé que venían tres guardias, seguimos corriendo, debíamos entrar en alguna sala ya, o separarnos, aunque ello no me agradaba en exceso, aunque era una buena manera de separarnos.

Vi una sala vacía almenos de lejos y la llevé allí dentro sin soltarla, cerré la puerta de manera que no se escuchara y respiré intentando calmarme, dado que con las corridas por los pasillos, intentando esquivar guardias y huyendo solo había conseguido que el corazón latiese deprisa de manera que necesitaba descansar, creo que ambos, no quería utilizar la telekinesis por la maldita migraña, además, puede que después nos ayudara en algo, valía la pena prevenir.

Puse las camillas y la mesa en el otro lado haciendo grandes esfuerzos, pero con el hecho de no haber comido más la debilidad mental que tenía no me sentía demasiado "fuerte" en esos momentos, luego de apoyarlo sobre la puerta, me quedé allí sentado, mirandola.

-Nos dará tiempo...aunque no se a que-dije dudando

Corría lo más rápido que podía, sujeta siempre de la mano de Matt. Recorrimos varios pasillos, despistando a ls guardias por momentos, pero nos pisaban los talones. Paramos un instante, sin saber hacia donde tirar, intenté tomar aire, estaba muy cansada como para seguir, pero no pude decir nada, de nuevo sentí como tiraba de mi y terminé encerrada en una habitación.

Matt bloqueó la puerta con una mesa y un par de camillas para que no pudieran entrar, pero entrarían, siempre nos encontraban. Dijo que nos daría tiempo ¿pero a qué? Quise pensar en algo, pero me fue imposible y menos estando Kyle allí... ya había hecho lo que me había dicho ¿por qué no me dejaba en paz? -¡Genial! Tu amigo es muy listo, nos ha encerrado- me reprochó, como si hubiera sido culpa mía, sólo estábamos intentando escapar, nada más. -¿Cómo pretendes que salgamos de aquí, Irina? Porque la puerta no es una opción- continuó gritándome. Quise moderarme, pero cada vez gritaba más y no pude evitar explotar. -¡¡NO LO SÉ!!¿Vale? ¡No lo sé!- exclamé, hablando con Kyle, no con Matt, que debía estar alucinando. No odía alzar la voz de aquella manera ¿y si me oían? Sería culpa mía que nos encontraran. -Tenías que intentar fugarte con el tío más idiota de todo el hospital ¿verdad? Muy lista, nena... muy lista ¿sabes lo que os harán cuando os encuentren?- seguía, tratando de provocarme, de hacerme daño y yo sólo quería que se fuera. Me llevé las manos a la cabeza, apretando, cerrando los ojos con fuerza, quizás así se marchara. -Cállate- le pedí, me pedía a mi misma, sabía que él estaba en mi cabeza, que sólo yo podía hacerle callar. -¡Cállate!-

Irina discutía de nuevo con su "amigo", no sabía que hacer cuando eso pasaba, ni con ella ni con Valerie ni nada, el problema con Valerie era diferente porque en teoría todos "veíamos" a Penny pero solo ella podía verla, creo.

Escuché los pasos de los guardias e Irina seguía gritando, le puse la mano sobre su boca para que callase, por el bien de ambos, cuando se fueran seguiríamos huyendo a donde fuera, cuando pareció que no se escuchaban más pasos aparté un poco y con cuidado los muebles, eso haría ruido, pero nos daría tiempo, todo valía.

-Irina calmate...calmate, porfavor-dije y miré la puerta, teniamos bastante suerte, habia que aprovecharla, pero cuando fuí al umbral de la puerta vi dos guardias allí, cerré la puerta, no podía ser, no podía ser...todo salía mal.

-Estan ahi fuera, siento haberte metido en esto...-dije y me puse tras la puerta haciendo fuerza para que no entrasen, pero la sensacion de culpabilidad, debía ser el peor "compañero" de vida que alguien podía tener, seguí haciendo fuerza, cuando oí unos golpes a la otra parte de la puerta.

-Perkelee-maldije en finés

Matt me tapó la boca, había levantado demasiado la voz y nos habían encontrado. No podíamos salir e ahí y yo apenas lograba pensar con Kyle allí, sin dejar de gritar, de maldecir, de decirme que todo iba salir mal. Vi como Matt sujetaba la puerta, haciendo fuerza para que los guardias no entraran, sabían que estábamos allí.

-Estais muertos, los dos...- dijo Kyle, prácticamente riéndose de mi ¿cómo podía ser tan cruel? ¿Cómo yo misma podía imaginarme a alguien así? -Os cogerán y os torturarán, no os libraréis, un intento de fuga es lo más grave que podiais haber hecho...- le miré y tragué saliva, tratando de pensar en algo. -No si no tengo la culpa...- musité, mirando a Matt y mirando la pequeña ventana que daba al patio. Kyle siguió hablando, pero yo le ignoré, empujando de nuevo la mesa contra la puerta con las pocas fuerzas que tenía, para lograr bloquearle un poco más. Después cogí una de las sillas y la lancé contra la ventana, rompiendo el cristal. Era raro ver una ventana sin barrores, pero también era raro que mirara por una ventana que no fuera la de la celda... -Tienes que irte, Matt, tienes más posibilidades de escapar que yo- sabía que no llegaría fuera y aunque lo hiciera ¿a dónde iba a ir? No tenía ningún lugar donde refugiarme. Les diría a los guardias que había tirado de mi y que no había podido evitarlo, serían mucho más condescendientes conmigo y no me harían tanto daño.