ficha de mauro...

por **Mauro Bennett** Sáb Feb 26, 2011 12:19 pm

DATOS BÁSICOS

ficha de mauro... Kevin_flamme_014

NOMBRE *
Mauro Bennett

APODOS
Mauritto

EDAD*
Dieciseis

OCUPACIÓN
Su sueño era ser escritor, pero debido a su enfermedad mental, no podrá cumplirlo

GRUPO*
Paciente de Vecordia

ORIENTACIÓN SEXUAL*
Heterosexual

PODER*

EFECTOS SECUNDARIOS*

DATOS FÍSICOS

ALTURA*
1, 71 m

COMPLEXIÓN
Delgado

COLOR DE OJOS*
Ojos negros

COLOR DE PELO*
Negro azabache

COLOR DE PIEL
Blanca

RASGOS DISTINTIVOS
Tiene dos cicatrices: la primera esta en su pierna y recorre desde la cadera hasta la rodilla; la segunda se encuentra en su cabeza, justo en el lugar donde arranca el cuero cabelludo y es casi imperceptible

¿CÓMO VISTE?
Busca que la ropa sea cómoda, liviana y suelta, teniendo una preferencia por el color negro

DISCAPACIDADES*
No tiene discapacidades físicas, su único contrapeso es su enfermedad mental: la esquizofrenia

[size]OTROS DATOS
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DATOS PSICOLÓGICOS

HÁBITOS
Se morisquea las uñas constantemente, además cuando se concentra, se alisa el pelo con la mano

MANÍAS*
Bibliomanía, escribomanía, necromanía

AFICIONES / GUSTOS*
Sus intereses abarcan el mundo de la literatura, especialmente la ficción; le encanta el frío y la lluvia

ODIOS / DISGUSTOS*
La violencia física, las inyecciones y medicamentos, además de los ruidos altos

DEFECTOS*
Su enfermedad le hace cambiar de animos repentinamente y tornarse agresivo y molesto; ademas prefiere huir a los problemas antes que hacerles frente. Es temeroso y asustadizo.

CUALIDADES*
Una persona muy simpática y agradable, le gusta escuchar a los demás y dar consejos

FOBIAS*
No tiene una fobia definida a pesar de ser muy asustadizo

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA*
Yo, Mauro, soy un chico de 16 años, común y corriente... soy bastante simpático y agradable, no me cuesta conversar; aunque a veces puedo tornarme tímido. Soy muy asustadizo, auque eso, es algo bastante común.
En resumén, soy una persona normal, y es por eso que no entiendo porque estoy aquí, porque esos hombres malos vestidos de blanco me arrastraron por la fuerza a una ambulancia, me ataron con chaleco de fuerza, y me internaron en esta institución...tal vez sea porque...escucho voces.
Voces de todo tipo, de diferentes tonos, con diferentes personalidades que me gritan, susurran y reclaman...algunas voces son agradables y me hacen compañia cuando estoy solo o tengo miedo...otras, me torturan por las noches, criticandome, provocandome pesadillas cuando estoy despierto.
Otras, son imperativas...me ordenan cosas con voz vehemente, y aunque trato con todas mis fuerzas no escucharlas, me aquejan hasta que cumple con lo que dicen...en ocasiones me ordenan que coma ravioles...y yo los como, a pesar de que su sabor me repugna...me ordenan que suba las escaleras de espaldas...y yo lo cumplo, aunque eso me cueste un buen golpe...
¿Me piden que hablé?¿Que callé?...obedezco sin pensar a las voces...¿me sugieren que me suicide? ¿o que asesine a algien?...y no tengo elección, debo cumplir con lo que me piden...
Sin embargo, estas voces tambien me hacen compañia, me ayudan y cuidan...son cientas e incluso miles, pero las conozco a todas y cada una de ellas.
Sin embargo, en aquellos momentos en que me dejan en paz, puedo ser yo mismo sin problemas...
Es por esto, que soy, en definitiva, normal...

DATOS PERSONALES

PADRES*

[b]•MADRE• Mónica Robinson - maestra jardinera, 42 años, vive en una casa residencial en Vecordia
[b]•PADRE• Dany Bennett - científico de Vecordia, 40 años, idem

HERMANOS (AS)

[b]•MAYOR• Josh Bennett- estudiante, 19 años

HISTORIA*

Nací en una Zona Residencial en el Oeste de la ciudad.
Era una típica comunidad blanca, de católicos de clase media, marcados por un rutina fija, por horarios habituales, por una vida monótona pero complaciente...un lugar donde todos los vecinos se conocían, donde no habían preocupaciones ni violencia.
Por supuesto, como en cualquier otro sitio, habían excepciones a esta "normalidad": un padre abusivo en la casa de enfrente; a dos calles, un par de estudiantes universitarios inmersos en el crak y la droga a dos calles de mi casa, un ama de casa que engañaba a su marido en la misma manzana...secretos que roían el barrio, pero extrañamente aceptados en la rutina inmersa...eran la clase de secretos que acompañaban a las frágiles ancianas, que luego de quejarse del sol, la lluvia o la vejez, hablaban chismosamente sobre cada uno de estos secretos...pero todas esos secretos no eran nada comparado con lo que hablaban del chico de la casa blanca. "Que le pasa al hijo de los Bennett", "Ayer, iba al mercado y lo encontré, hablando sólo frente al boulevard", "Es muy raro", eran frases comúnes en sus conversaciones que giraban en torno del hijo de los Bennett: Mauro, es decir, yo.
A veces, la gente se me quedaba mirando, como si estuviera fuera de lugar, como si no debiera estar allí. ¿Amigos, novia?. Nunca tuve nada de eso...e incluso mi familia, sangre de mi sangre, me miraba raro, extrañados...
Pero a pesar de eso nunca me sentí sólo...las voces siempre estuvieron conmigo...
Recuerdo cúando comenzó, todo, a la edad de 13 años, edad donde los chicos y chicas de mi edad ya montaban e iban a fiestas; pero yo nunca fui a ninguna. Prefería encerrarme en mi habitación, quedándome abstraído de la realidad, manteniendo conversaciones de toda índole con mis fieles compañeras, las voces.
Mantenía conversaciones serias y fluidas con ellas, y a medida que crecía, mis voces crecían, engrosando su tono, volviendolo más grave. Además, hay voces de todo tipo: amigables, graciosas, tristes, atemorizantes, peligrosas, etc; decenas de voces que se juntan en mi cabeza y me habla.
En ciertas ocasiones, mis padres y mi hermano me escuchaban a través de la puerta de mi habitación. Pero no prestaban caso, o intentaban no conocer la realidad. Y en los pocos momentos en que me preguntaban que pasaba, yo negaba, obedeciendo a mis voces quienes me ordenaban no hablarle a nadie de ellas. Eran muy estrictas con respecto a ese punto.
Hasta el día del incidente.
El incidente que me trajo al Hospital de Vecordia, a este máldito psquiatrico.
Fue una noche de Enero luego de varios meses de haber cumplido 16 años, una noche oscura y fría. Desde la mañana que me sentía raro, mi percepción había aumentado. Mis ojos veían más claro, de modo que toda la casa estaba bañada en una luz fluorecente. En mís oídos comenzé a sentir un ligero molestar, acompañado de las infatigables voces, las cuáles se habían tornado más agresivas. Con cada respiración, mi sentido olfativo captaba cada olor de la cocina, el aroma del café, la humedad, las personas...deliciosos aromas. Bajo la suela de mis zapatos, sentía cada irregularidad del piso, cada línea.
Mi casa estaba abrumada por sensaciones esquisitas, sensciones hermosas e íncreíble. Sensaciones que sólo yo podía sentir.
No recuerdo mucho la cena. La cena donde todo comenzó...y terminó al instante.
Sólo recuerdos vagos: una cena típica, agredeciendo la mesa, una conversación superficial...y el momento en que mis más agresivas voces me gritaron al uníuso, conminandome, alentandome. Recuerdo haberme levantado de pronto de mi silla, cuál torbellino...agresivo...y molesto. Recuerdo vagamente los gritos, la furia del ambiente...recuerdo haber tomado un cuchillo de cocina...recuerdo haberme amenazado con suicidarme...recuerdo llantos, palabras, meras palabras...recuerdo haber amenazado con matarlos a todos, a los tres y luego suicidarme...recuerdo una llamada, la llamada que puso fin a mi vida libre...recuerdo una pelear, contra mi padre y hermano, quienes trataban de quitarme el cuchillo, y recuerdo haber cortado a mi hermano en el brazo...en cuánto la ambulancia, con sus estrambóticas luces blancas y rojas llegó, tres hombres vestidos de blanco intentaban sedarme. Un puñetazo rápido de mi parte logró reducir a uno, mientras tomaba el cuchillo entre mis temblorosas manos y habermelo clavado en mi pierna, cortando mis ligamentos de raíz, de la cadera hasta la cintura, obteniendo una herida...otro de los hombres me empujó accidentalmente, cayendo contra la gruesa pared, golpeandome la cabeza, quedando aturdido y con un segunda cicatriz...me sedaron...me ataron...y casi inconsientemente me llevaron a un hospital, bajo el perfil plateado de la luna, atadado de manos y piernas, y drogado hasta la médula...
Y allí fue, donde mi desgracia...comenzó

por **Alethia Artelis** Sáb Feb 26, 2011 9:46 pm

Ficha aceptada
Bienvenido
que te diviertas!!

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