Danae Melissa Vang Yeats.

Su complexión es delgada y su rostro suele verse desgastado y demacrado al igual que su cuerpo. De brazos huesudos y ojeras moradas en muchas ocasiones debido a las drogas y a la misma enfermedad que la consumen.

Su color de piel es blanco como el mismísimo mármol. No suele gustarle que le de mucho el sol, prefiere encerrarse, es por eso que nunca se quema y su piel jamás la verás tostada.

Suele vestir de forma completamente informal, prefiera la comodidad a la elegancia ya que tampoco es de mostrarse demasiado en público.

Danae no es más que el fantasma de lo que un día fue. Un silencio sepulcral en el cementerio más cercano, es el susurro de una tarde invernal sobre los árboles secos. Danae no es nadie, porque ya no quiere ser nadie. Es sólo la figura tenebrosa que se pasea por alguna calle estrecha en busca de su mismo refugio, su hogar, o lo que quiere ser algo semejante a ello. Danae se muere, morirá, lo tiene asumido, lo sabe, todos lo saben. Ella es un misterio para todo aquel que intente descubrirla. Callará sus más oscuros secretos, mentira, callará todo, absolutamente todo. Porque Danae no habla, y no es porque sea muda, pues su voz podrá resonar en tus oídos cuando menos te lo esperes, cuando ella lo desee. Es el veneno en tus entrañas que se disuelve sin ser visto. Un grito sordo frente al horizonte, perdido en medio del bosque. Chillidos ahogados en el fondo de una garganta más que femenina. Es la tos de un anciano, esa es ella, sin más, un cúmulo de ideas dispersas que juntas acaban mostrando a una Danae más bien abstracta, sin una personalidad fija y con unos ideales diversos difíciles de entender. La garra del depredador que se aferra a tu piel. De voz dulce y encandiladora que se esconde en el fondo de su garganta como un importante tesoro que no quiere ser encontrado por ningún vil pirata. Danae se muestra, como la sirena contra la proa del imponente barco. Es como un sueño, tan bella como peligrosa, serpiente que muerde y que parece que sólo es capaz de acariciar. ¿Cómo saber si es ella, la reina del mismísimo silencio, tan peligrosa como algunos susurraron una vez? Efectivamente, no hay forma de saberlo, sólo tú y la temeridad tendrán, quizá, respuesta algún día a dicha pregunta.

Danae, que solía ser rebelde activa y mal educada, alguien con quien tratar se había vuelto imposible. La mujer imposible, que mordía cual perro con rabia, que atacaba e insultaba sin tener miedo a represalias, abatida por su mismo dolor de sólo imaginar su propia muerte. Sí, porque Danae se muere, ella sabe que tarde o temprano llegará su hora y que... será más temprano que no tarde. Aún así, valiente y audaz, sobreviviendo día tras día por la única razón por la que su patética existencia vale la pena, con nombre y apellidos, Denzel. Un hermano, una vida. La única persona a la que Danae ama y a la que cree que será la única que amará el resto de sus días. Su gran sustento, el cemento de su débil casita de ladillos magullados y mal colocados. Ella, que parece tan débil, tan frágil y que a la vez es tan fuerte como cualquiera de los que por su vida pasean. Analítica y observadora. Ella sabrá, con sólo mirarte, si eres un obstáculo que esquivar o una virtud que agenciarse a su lista, seamos sinceros, la mayoría de ocasiones sólo por mero interés personal, pues Danae no ama la vida por lo que jamás sentirá aprecio por las personas, a las que detesta por encima de todas las cosas. Y ahora sí, la razón de su existencia se vio dañada, por el mismo hecho de ser quien era, tan peligrosa y tan letal que utilizaba su enfermedad con el fin de matar, matar a todo aquel que quisiese acabar retozando con ella ajeno a su condición. Accidentes, que cambian a uno, accidentes que trasforman a la mujer que muerde en la serpiente que sisea.

La que es débil pero a la vez fuerte. Tan valiente como atrevida, que no le tiene miedo a nada porque la muerte es lo que se le viene encima. Atácala, aunque parezca un alma en pena se arrastrará hasta a ti para morderte el tobillo, suavemente, te debilitará, y acabarás por sucumbir. Y no creas tonterías, no es que sea malvada, no es que su mente se entrecruce entre ideas más que descabelladas y perversas, es que no puede evitarlo. Cualquier forma de vida es una amenaza puesto que es mejor que ella. ¿Por qué los demás pueden ser felices y ella no? Soportarlo no lo soporta y fácilmente su mente crea fatídicas ideas que arrastran a sus víctimas a la misma enfermedad que padece, que la consume aunque lo quiera negar. Y es que no soporta la vida más allá de lo que no es para ella. ¿De verdad se lo mereció? No. Ese es el problema. Si ella no se lo merecía los demás tampoco, si ellos tampoco lo sufrirán, al igual que lo hace ella. Ideas descabelladas, pensamientos desgarradores y dolor. Que la llevó a ser lo que es ahora, que la llevo a su eterno silencio, a su oscuro escondite y a la mirada vacía de una niña que parece haber sido convertida en mujer a empujones. Un susurro en medio de un viejo cementerio. Un alma que camina sin rumbo perdida entre los vivos caminando hacia los muertos. El silencio, las gotas de lluvias que chocan contra el frío asfalto, un invierno más, en los que cuenta los días para esperar a que llegue su mismo juicio final, a que las campanas empiecen a sonar, a que den el toque de queda, a que su mismo corazón deje de latir, a que deje de soñar, deje por fin, de sentir.

Se puede decir que siempre tuvo aquello que quería puesto que en su familia jamás faltó el dinero. Pero, aún y eso, siempre pensó que con ello jamás sería completamente feliz y que aquella familia no era lo que necesitaba que no le convenía realmente. Así, escapó para intentar valerse por ella misma. Cuando su hijo cumplió los dieciséis le dejó ir. Contrajo VIH que contagió a su hija debido al embarazo y no cuidarse de ello. Debe tener unos cincuenta años, puesto que desapareció y ya no se sabe nada más de ella, posiblemente haya fallecido, más no lo saben.

Su madre ejercía la prostitución quedando embarazada de ella. Nunca se supo ni se tuvo interés en saber quien es el padre de Danae.

La razón de su existencia, pues es la única persona a la que quiere y cree que querrá jamás. Que lucha por ella y por el que ella misma ha decidido luchar y seguir adelante. Los Saiteck le ofrecieron, entre otras cosas, una especie de cura para Danae y es por eso por lo que ahora trabaja para ellos, soñando que sea realidad y que consigan hacerla vivir muchos años más de los que viviría sin ayuda de nadie. Tiene ocho años más que ella, veintiocho.

La vida de Danae jamás fue un capo de rosas. En ella se vive el mismísimo dolor que más adelante la transformará en lo que ahora es. Porque no tuvo una maldita infancia feliz y porque su vida fue y será siempre un martirio, por lo menos lo que de ella le queda La pequeña, nacida en el seno de una familia totalmente inestable. Su hermano, ocho años mayor que ella y su madre, prostituta. Debemos tener en cuenta que la vida para su madre y su hermano jamás fue fácil y que ella y Denzel jamás compartirían el mismo padre. Fue uno de aquellos hombres que pagaban a su madre el que consiguió dejarla embarazada después de ser contagiada por VIH. Enfermedad que llegó hasta la pequeña en su vientre. La madre de los niños no se dio cuenta de que estaba embarazada hasta tiempo después y esto fue realmente malo para la niña. Nacida entre la espada y la pared, y aún sin saberlo, entre la vida y la muerte de una forma increíble. Su hermano fue desde que nació el único sustento posible. Eloisse se dio al alcohol y a las drogas, que más tarde también daba a sus hijos en el intento de sedarlos hasta, en el caso de Danae, volverlos dependientes en todos los sentidos posibles.

Fue cuando cumplió ocho años que cayó realmente enferma. Su hermano, que contaba con sólo dieciséis años, estaba totalmente aterrado. Se encargó de llevarla al hospital para entonces descubrir ambos lo que el mundo ya sospechaba, VIH. Dependiente ahora de las drogas por su propia vida, pues ahora ya sabían que la misma muerte asomaba a la puerta de la pequeña cada día que se pasaba. Se vio forzada a tomar marihuana y cocaína en el intento de seguir adelante. Era incapaz de dejar las drogas. Se le dijo que cuando creciese y pudiese fumar podría sustituir la cocaína. Pero ya no había vuelta atrás, todo lo que les había pasado no tenía ningún remedio. Así, volvieron a casa a sabiendas de que no podrían sobrevivir sin su madre, pero para la sorpresa de los chicos ella ya no estaba allí. Les había abandonado y su paradero aún es desconocido para ambos. Denzel se vio obligado a cuidar de la pequeña que dependía totalmente de él para conseguir las drogas que la sostenían en pie. Se mantenían como podían, de rodillas e incluso de pie en algunas ocasiones. Así, su hermano tiraba de ella, de un lado para otro para no tener que vivir cerca de todos aquellos a los que su había estafado para hacer que Danae siguiese a su lado, como siempre.

Fue en aquellos momentos cuando la chica empezó a detestar la vida, cuando creció y se dio cuenta de el sufrimiento que llevaban encima, del que llevaba ella misma. Se convirtió en una mujer rebelde, egoísta y peligrosa. Fue entonces cuando se vio obligada a odiar al mundo y a la misma vida pro encima de todas las cosas al no poder soportar que los demás fuesen felices mientras ella esperaba la muerte entre drogas y dolores de cabeza. Danae se impuso la misión de acabar por destrozarle la vida a todo hombre que se dejase, incluso quedando embarazada y abortando sin que su hermano se enterase nunca. Así, seduciendo, mintiendo y embaucando, contagió a muchísimos hombres su misma enfermedad, esperando a que sufriesen lo mínimo que ella lo hacía. Pero las cosas no acabaron por salir como ella esperaba y acabó enfermado a la persona equivocada. La sensual Danae iba a morir en manos de alguien que no debía. Fue entonces cuando su hermano no pudo permitir algo así y acabó herido por una bala en la frente. Danae mancó sus manos de sangre asesinando con sus propias manos al agresor de su hermano. Denzel fue llevado al hospital y se recuperó satisfactoriamente. Danae cambió por completo, convirtiéndose en una mujer extremadamente silenciosa, helada como el hielo y siseante serpiente.

Es ahora cuando se ha mudado con su hermano para intentar por lo menos, sobrevivir. A él le han prometido una cura, o quizá algo semejante, para la vida de su hermana. Él se lanzó al vació son ni siquiera importarle, Danae jamás se ha fiado. Cuida de su hermano de forma que nadie se acerque a él con miedo a perderle de verdad. Y si hay algo que no le importa perder a Danae es su vida, sabe que tarde o temprano, más temprano que tarde, la perderá, así, lo daría todo por Denzel, ahora y siempre.