Otro día...otra ilusión rota [Lyzen]

Suspiré por la que tenía que ser millonésima vez esa mañana. Después de que me sacaran de la celda para desayunar, había ido directamente a los baños para ducharme, ya que una chica me había tirado un poco de leche en el cabello y si había algo que no podía soportar, era el estar sucia. Vale, sé que tengo un problema - o más bien una obsesión - por bañarme, pero no puedo evitarlo. Sentir las gotas de agua recorrer mi cuerpo me hacía sentir mejor, era un consuelo para mí pensar que si la suciedad podía rodar por mi cuerpo hasta la coladera, algún día mis ataduras podrían hacer lo mismo. Como fuera, terminando mi baño, me condujeron de nuevo a mi celda. Ahí me quedé el resto de la mañana esperando a Logan, ese día tenía sesión con él y esperaba que pudiera sacarme por un rato al jardín.

A pesar de ser prisioneros, otros chicos sí que tenían la oportunidad de vagar más libremente por Vecordia (no era un gran consuelo para ellos tampoco, pero no estaban tan mal) yo, siendo hija de Byllius Artelis, debía de estar encerrada a cal y canto. Entendía la preocupación de Saiteck, siendo su hija ¿no sería obvio que intentaría seguir sus pasos? Pues claro, no eran idiotas los de esa familia, lamentablemente sí que esas eran mis intenciones. Quería salir de ahí, quería que la gente volviera al mundo que solía describirme papá. Sabía por los recuerdos de él, que se había arrepentido terriblemente por el virus que había creado y ésa había sido la razón para crear una resistencia en contra del poder tan desbordado que tenía Saiteck. Ahora se alzaba una nueva rebelión y si querían triunfar, debían de hacerlo con cuidado y paciencia, para no equivocarse como mi padre.

Me fui hacia la ventana y me recargué en los barrotes mientras observaba el jar´din, ése era el único lugar al que podía ir sin temor a nada, bueno, relativamente a nada, era el único lugar que tenía para escapar de la maldad del mundo, me gustaba ir y recoger flores para mi habitación. Logan siempre me lo permitía y ya nadie podía decirle que no. Amaba el jardín, me ayudaba a no perder la cabeza, pero en esos momentos fantaseaba por algo más, quería ir a la playa, jamás había ido y papá me había prometido que algún día me llevaría. Eso por supuesto, no pudo suceder. Ahora sólo podía imaginármela según algunas descripciones que había leído. Escuché la puerta abrirse y luego cerrarse de nuevo, Logan había llegado. No me molesté en voltear, quién más podría ser.

- ¿Has ido a la playa? ¿Qué se siente caminar por la orilla con tus pies mojándose, la brisa sobre tu rostro y el ir y venir de las olas? - Pregunté con verdadero anhelo de ir a la playa, quería ir, caminar hasta cansarme y mirar el mar hasta donde se confunde con el cielo. - Debe de ser maravilloso - comenté dejando escapar un suspiro de tristeza y melancolía mientras me daba la vuelta. Entonces me llevé una sorpresa, pues no era Logan quien estaba ahí, era su sobrino, su asistente...el jefe de la resistencia...Lyzen

No podía dejar de sorprenderme la total convicción con la que hablaba y me aseguraba que yo era importante. Yo jamás me había considerado una persona importante, vamos ¿cómo puede una chica de 19 años sentirse importante cuando ha pasado más de la mitad de su vida encerrada en un sanatorio? Eso no da pie a que una se sienta importante.

Lyzen habló de autoestima y yo me pregunté qué diablos quería decir aquello, no lo entendía, aunque si lo analizaba un poco como palabra, se refería al cariño o afecto que me tenía a mí misma. Bueno, eso ciertamente no sabía cómo se medía ni sabía qué tan buena o mala era la mía, pero dudaba que estuviera en los estándares más altos de evaluación.

- Bueno, dejando de lado que no comprendo muy bien lo que es el autoestima, creo que me las arreglo bastante bien conmigo misma, digo, al menos no estoy taan loca como para creer que dentro de mi cabeza hay voces o algo así - dije intentando hacerlo sonreír un poco, aunque no fuera un gran chiste tomando en cuenta el lugar en donde estábamos.

De cualquier modo, la visión de la que hablábamos, sólo podía revelarme donde estaban los datos recabados por mi padre, no sabía si ahí había algo como una vacuna o los efectos secundarios del virus, podía haber cualquier cosa. Sabía que esos archivos existían, lo había oído hablar de ellos con sus más allegados, pero jamás me había dicho donde los tenía escondidos.

- Espero poder encontrar esos archivos pronto, y que sean útiles

me levanté y me dirigí a la ventana. Sólo teníamos una oportunidad, si nos equivocábamos, estaríamos perdidos para siempre

Ahora que entendía un poco de qué iba la autoestima, me parecía que la mía no era del todo baja, sabía que podía ser útil con algunas cosas y que podía ayudar a los demás si me lo proponía, quizás esto del autoestima podía variar a veces, siendo que unas veces te sientes más animado y contento contigo mismo que otras. En realidad no quería pensar más en el autoestima, quizás lo trabajaría con Logan algún día de estos, por ahora teníamos cosas más importantes en las que pensar y por las cuales preocuparnos.

- ¿Sabes? Creo que mi autoestima no es tan tan baja, al menos no cuando estoy contigo, tú me haces sentir buena, linda y sin duda eso sube mi autoestima, mucho, mucho. - dije mientras le sonreía y acariciaba su pelo con cariño.

Él me miró a los ojos y yo correspondí a la mirada sonrojándome un poco, me cohibía que me mirara así, me hacía sentir bien, pero a la vez rara. Bajé mi mirada por unos segundos y luego volví a mirarlo a él. Lyzen era afortunado, jamás tendría que padecer lo que nosotros aquí. Yo no estaba loca, pero muchas veces así me sentía al ver a la gente a mi alrededor, hablando consigo mismas, mirando a todos lados de manera extraña, reaccionando violentamente a todo, era un mundo que no me gustaría que él conociera de primera mano.

- Lo sé, Matt y yo hemos hablado de ello, los dos hemos estado a punto de perder la razón por el simple hecho de estar en donde estamos, cada día es un infierno aquí, como tú no te lo puedes imaginar, me alegra que no tengas que hacerlo - le comenté acariciándolo de nuevo.

Lyzen me besó y yo correspondí, sintiendo que cada vez me sentía mejor besándolo. Eso estaba aumentando mi autoestima.

- Tus besos aumentan mi autoestima, la palabra del día de hoy es autoestima - bromée con él mientras me reía e intentaba no estresarme con el motivo de la visión, ésta llegaría en su momento.

Me sentía feliz, feliz, en verdad, si no estuviera encerrada aquí gritaría a los cuatro vientos lo mucho, mucho que quería a Lyzen y lo encantada que estaba por estar a su lado. No entendía cómo me había ganado su cariño, ni por qué él me quería tanto, pero sin duda trabajaría para qué él no se apartara de mi lado.

- Lo intentaré, lo prometo - le dije con una sonrisa antes de robarle un corto beso.

La verdad no deseaba que Lyzen fallara, no quería que él corriera ningún tipo de peligro, no podía verlo en un lugar como éste, no cuando yo ya lo había vivido por tanto tiempo, no iba a permitirlo, no cuando estaba a mi mano poder evitarlo. Además tení razón, debía de hablar con Matt, porque sus intentos de escapar sólo iban a mermar nuestras posibilidades de que todos pudiéramos salir.

- Hablaré con Matt, pero te advierto que no será fácil, él ha padecido mucho - suspiré con cansancio, pues me preocupaba mucho que Matt corriera riesgos, y que además nos arriesgara a todos.

Él acarició mis manos y yo le sonreí radiante mientras él me guiñana un ojo y yo rodeaba su cuello con mis brazos.

- Sí, por ahora me concentraré en autoestima- me reí y entonces le di un suave y profundo beso.

Entendía a Lyzen a la perfección, las cosas no estaban demasiado bien y no podíamos permitirnos ni el más mínimo error. Sin mencionar que Matt solía tener un temperamento un poco extraño y no sabíamos como reaccionaría ante el comentario. Yo quería pensar que siendo yo quien hablara con ella, las cosas irían bien. Matt confiaba en mí y me escuchaba, sólo esperaba que esta situación fuera igual, no soportaría que le hicieran algo malo, o peor, no soportaría que por sus insensateces Lyzen resultara herido, eso no podía permitirlo de ningún modo.

- Descuida, haré lo que sea porque ese cabezota no se meta en problemas, al menos intentaré que sean menos...graves - intenté tranquilizarlo y tranquilizarme a mí misma.

No pude evitar reírme ante el comentario de Lyzen con respecto a Logan y yo lo abracé con cariño. La verdad a mí no me importaría tanto, pues ¿por qué avergonzarnos de ser tan felices? Lyzen correspondió a mi beso y yo me senté cuidadosamente en su regazo mientras acariciaba su mejilla. Cuando casi me quedo son respirar, me separé de él y lo miré fijamente a los ojos mientras seguía con mis caricias.

- Eres tan bueno Lyzen, me siento tan afortunada de poder estar al lado de alguien tan lean, tan cariñoso conmigo, eres simplemente increíble