The one who creeps in corridors (Kitty)

Recuerdo del primer mensaje :

¿Para qué teníamos personal de limpieza en aquel dichoso infierno?

Eso me preguntaba una y otra vez mientras frotaba y refrotaba en suelo de uno de los pasillos del hospital, era mi castigo por mala conducta... otra vez. De nuevo habían querido obligarme a desayunar algo que no quería (me cansaba de repetir, sólo leche, una galleta y una onza de chocolate), pero una vez por semana el personal de Vecordia se aburría y le gustaba cambiarme la comida sólo para verme sufrir... así tenían un motivo más para darme una paliza y obligarme a hacer cosas como aquellas.

Me obligaron a limpiar de rodillas con un cepillo y un cubo de agua y jabón un largo pasillo lleno de suciedad, huellas de gente, polvo y restos de... ni quería saber de lo que era. No quería llorar, pero era difícil, tenía hambre, estaba cansada y sola y una vez más habían vuelto a aprovecharse y a burlarse de mi. No era necesario que me pegaran, a veces les bastaba con destrozar mi espíritu.

Vi como Irina empezó a perder el control, me pidió que me marchara ¿Que le sucedía? me metí en su cabeza, estaba tan confusa que me produjo un serio dolor de cabeza, emiti un gran chillido cayendo al piso.
Abrí mis ojos para verle tirar el cubo de jabón por el piso que supuse llevaba rato ya fregando, estába teniendo un atáque y era mejor no meterme, cuando escuché pasos aproximandose por el pasillo temí por su seguridad y la mía, sin embargo no me iría huyendo y le dejaría allí, diría que yo pasaba y tiré su cubo y que luego se puso así, así no le castigarían a ella ni a mí por un error tan humano.
Calmate! le grité sacudiendo mi cabeza y tratando de seducir un poco sus pensamientos tan alterados y abrumadores repitiendo Calma Calma Calma una y otra vez, tomé aire y sentí el calor de una gota de sangre resbalar pos mi nariz, ese era mi límite y no podía darme el lujo de perder el control, no podía echar a la basura todo lo que había trabajado.

No se iba, se quedaba conmigo ¿por qué? Así sólo conseguiría que le hicieran daño... menuda tonta. Me di media vuelta y vi a dos enfemeros al final del pasillo, dejé de gritar inmediatamente, pero estaba tan nerviosa que no podía evitar descontrolarme, las puertas de las habitaciones del pasillo se abrieron y se cerraron de golpe, notaba la sangre caer de mi nariz hasta mis labios, tibia y salada, lograba revolverme el estómago.

-¡¡¿¿Qué es lo que pasa aquí??!!- preguntó uno de los enfermeros acercándose sigiloso. -Está sangrando- añadió el otro, al verme la cara. Me giré de nuevo para ver a Kitty, ella también sangraba por la nariz, a casi todos nos pasaba cuando utilizabamos nuestras habilidades mentales, las hemorragias eran comunes. El primero enfermero se adelantó al ver que las puertas dejaban de moverse, vino hacia mi y me agarró la cara. -¿Qué ha pasado?-preguntó examinándome, supongo que quería asegurarse de que la sangre no provenía de un golpe, no me había peleado con Kitty, ella era buena conmigo. Al ver que yo obtenía una respuesta mía, se dirigió a ella.

Empecé a tambalearme, me dolía la cabeza, dos tipejos aparecieron y dejé de usar mi don, me estaba sintiendo mal, me llevé los dedos indices a las cienes para tratar de calmarme un poco y no perder el control abruptamente.
Me pasé la mano por los labios, sangraba, uno de ellos ser dirgió a Irina, ella parecía haberse calmado un poco, y yo no quería sufrir un ataque, no quería ser cedada.

Tomé una gran bocanada de aire y miré al hombre - Ha sido todo mi culpa - solté cuando hizo la pregunta a Irina - Iba a mi habitación y he derramado el cubo con el que ella limpiaba sol se ha enfadado pero ambas hemos sangrado por las medicinas - en cierta forma era cierto, cuando nos suministraban algunas drogas estas tambien tenian efectos secundarios, también nos hacían sangrar la nariz.

Pensé en ofrecerme para limpiar el piso, pero estaba segura que ellos se encargarían, además Irina necesitaba atención médica, yo solo descansar.

Lo lamento tanto - dije mirándolos a ellos y viendo a Irina - No quise arruinar tu piso - me encogí de hombros y el sonreí esperando que ella también disimulara.

Kitty mintió a los enfermeros y yo hice todo lo que pude por calmarme, pero sólo quería romperlo todo, hacer estallar esas puertas en pedazos y después hacer estallar a los enfermeros (aunque era algo que no podía hacer, no tenía un botón rojo que presionar). -¿Es cierto lo que dice?¿Fue un accidente?- de entrada se creyeron eso de que había derramado el cubo, aunque al haberlo tiradon contra la pared había quedado una marca de agua que evidenciaba que lo habían lanzado... supongo que pretendían hacer oídos sordos por esa vez, tendrían cosas mejores que hacer. Simplemente asentí, balbuceando un rápido sí entre el resto de mis incoherentes murmullos.

El enfemero que se había mantenido al margen, el sengudo, se acercó y me miró también la nariz. -Las medicinas no hacen que sangreis así porque sí... Irina ¿te ha golpeado?- cuando me pregunto aquello abrí los ojos todo lo que pude y subí la mirada ¿golpearme? ¡¡No!! Para nada. Negué, notando como mi respiración seguía acelerada, quedando en manos del segundo enfermero mientras el primero iba junto a Kitty a examinarla a ella.

El enfermero agarró a Kitty cuando le fallaron las piernas, pobrecita... aquello era todo por mi culpa, tenía ganas de echarme a llorar, pero iba a ser peor si lo hacía. -Está bien, Kitty, será mejor que descanses- dijo el tipo. Yo sabía que lo que ella necesitaba ahora era silencio, que las voces se alejaran de su cabeza... al menos las que ella escuchaba eran reales, eran los pensamientos de los otros, las mías, esas no sabía de donde salían. -¿Y qué hacemos con Irina?- preguntó el otro, rodeándome con ambos brazos cuando hice un amago de alejarme de él, temerosa. -Estaba muy nerviosa, así que límpiala y ponle la camisa, un rato en la celda le vendrá bien-- Empecé a negar efusivamente con la cabeza, la camisa de fuerza no, todo menos eso...hasta prefería que me pegaran, pero la camisaera lo peor, me privaba de poner moverme, no podía respirar, me hacía daño y cuando forcejaba era peor.

Me revolví entre los brazos del enfermero. -¡No, por favor! La camisa no- gritaba, nerviosa. -Haré lo que sea... seré buena a veces ¡pero la camisa no!- seguía gritando, notando como el enfermero me alejaba de allí en bolandas, con cierta dificultad por las patadas que le iba dando al aire para intentar que me soltara.

Sentí deseos de forcejear, pero no era lo mas adecuado, sabía que si lo hacía solo empeoraría la situación para ambas, el enfermero primero me cogió por los hombros y luego me tomó en sus brazos, me sentía débil, escuchaba algo distantes los gritos de Irina pero no podía ayudarle.

Desde allí traté de coacccionar con sus pensamientos (Inducirte con mis pensamientos) trataba de hacerle sentir aunque fuese un poco de calma porque la necesitaba, tomé una gran bocanada de aire y lo hice sin poder ver el resultado.

El enfermero conmigo en brazos fué alejandose de ella y del otro, sus gritos ya no se escuchaban ni las voces, lo había logrado y mi mente estaba en completa calma, antes de cerrar mis ojos apenas pude decir Irina lo... siento tan..to nunca sabría si llegué al menos a pronunciarlo, solo se que me esforcé mucho en decir aquello.

Luego me induje en un profundo sueño, la oscuridad me inundó. Me fuese gustado pelear, dar la batalla pero no me fue posible, ponía en riesgo mucho, si, definitivamente era arriesgada, temeraria e idiota, pero todo a su tiempo.

off: bueeeeeeno hasta aquí por esta vez un placer ¡nos vemos pronto!